Es como si pudiera regresar en el tiempo, y verme a mi misma, sentada frente al piano, dejándo que todo aquello que se guardaba en el corazón adolescente, saliera en forma de música... Piezas que eran interpretadas y escuchadas una sola vez. Quizá solo por mi, o tal vez por algún oído curioso que pasaba cerca de mi habitación.
¡Cuanto extraño esos momentos donde podía expresarme sin necesidad de palabras, de puntos, de comas, de interminables párrafos! No importaban ni las horas, ni los minutos, ni los segundos.
Añoro esa parte de mi, que yace agonizante en el alma. ¿Qué te detiene? Son los años, la vida que ha pasado. Mirando atrás, hay un abismo que me separa de ese instante y este presente.
¿En qué me he convertido? ¿Dónde quedaron los sueños?
¡Cuanto extraño esos momentos donde podía expresarme sin necesidad de palabras, de puntos, de comas, de interminables párrafos! No importaban ni las horas, ni los minutos, ni los segundos.
Añoro esa parte de mi, que yace agonizante en el alma. ¿Qué te detiene? Son los años, la vida que ha pasado. Mirando atrás, hay un abismo que me separa de ese instante y este presente.
¿En qué me he convertido? ¿Dónde quedaron los sueños?
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