Todo es posible

Un nuevo ciclo se ha iniciado hace ya más de cuatro soles. La verdadera y auténtica necesidad de conocerte te trajo hacia mi. He logrado reconocerte, y me esfuerzo cada día para escucharte. Ahora se, que a cada paso que he dado y que sigo dando estás ahí, a veces para tenderme una mano, a veces tan solo para permitir que me equivoque, no me reprochas, solo me dices que todo pasará, que de los errores algo debo aprender. En aquel instante, único, luego del temor, solo vino una paz, tan inmensa que sobrepasaba lo que alguna vez pude sentir a través de experiencias artificialmente buscadas. Estar consciente de tu verdadera existencia también llena mi corazón de alegría. Si bien hace mucho que has estado a mi lado, quisiera decir: ¡Bienvenido! La puerta está abierta ya mis ojos no están ciegos, como tampoco lo está mi alma. Ahora que la duda ha abandonado tu ser, el diálogo será mucho más enriquecedor, quizá menos incomprensible, ahora ya no importa saber como es mi rostro, ni mis ojos, ni mi voz, porque me has visto como bien dices, junto a ti. Lo importante es que nunca dejes de lado tu fe, esa fe que debe ser como la de un niño, así todo será posible. Aquí, allá y más allá, todo es posible.