Déjate llevar...

domingo, 23 de agosto de 2009

Muchas probabilidades, pocas certezas


De alguna manera se que he perdido.

¿Pero cómo puedes perder a quienes nunca fueron tuyos?

Muy cierto. Jamás fueron mios, jamás fui de ellos. Nunca nos pertenecimos. Fue tan solo esa necesidad de creer que algún día, si las casualidades se daban, estaría dentro de sus vidas, y aunque aún siguen en este mundo, yo no formo parte de nada que tenga que ver con ambos.

No te sientas tan triste, el dolor ha llegado a calar tan profundo en ti que tu propio corazón por unos momentos dejó de latir y te desvaneciste en medio de la multitud. No te hace bien seguir teniéndolos en tu mente, mucho menos sentir algo de afecto por ellos.

Es una especie de veneno que me va aniquilando y apagando de a poco. Muchas probabilidades, pocas certezas.

Trata de mirar más allá de lo que ahora ocupa tu mente y tu corazón. Date cuenta de que hay mucha más gente, mucho más mundo a tu alrededor, te encerraste en tan solo dos imposibilidades.

La magia de lo imposible. Después de todo si hubiesen sido mios, no los habría sabido apreciar, carecerían de todo valor, sin embargo por el mismo hecho de ser ajenos, de ser distantes, son especiales.

Lo seguirán siendo, aunque no los tengas.

¿Poseer? Nunca quise ser dueña de ninguno de los dos, uno sabe que le amé sin conocer demasiado, otro se sabe amado y por ello me desprecia.

Uno nunca te va a olvidar, otro se dará cuenta cuando sea definitivo. Hoy por hoy es demasiado egoísta para poder ver quién está en frente.

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